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El anónimo chico de Cali!

No se que tiene, no se que hizo en el único contacto visual que mantuvimos. Me despierta picardía, lo veo como una fuente de placer insaciable, Pienso en el, me erizo, respiro más rápido, cierro los ojos, mojos mis labios y alcanzo a sentir como se dibuja mi sonrisa al imaginarlo mío. Sería toda una odisea contactarlo, Fantaseo con su voz al teléfono y su cara en mi almohada. Un lujo enamorarse de ese hombre, de vez en cuando y con disimulo se escapa un gesto romántico, un ademán de esos que solo tienen los hombres que saben amar. A veces cuando lo veo de lejos imagino como será conquistando, que táctica tendrá, me pregunto si es sigiloso y encantador o bullicioso e irresistible. No, no fue amor a primera vista, al verlo supe que lo quería primero en mi cama... y bueno porque no, si me caía bien en mi corazón. Algo me dice que si algún día me lo encuentro de frente y no tenemos más opción que entablar algún tipo de relación y logro llegar a intimar, nadie nunca me hará gemir igual. Parece buen amante, espero también sea buen marido... por si me enamoro.

El principio de mi sonrisa y el fin de mi soledad

Es atrevido, no respeta semáforos, exámenes, horas de estudio ni sueños. Se mete por donde pueda y sin avisar. Me quejo. Respiro. Me encanta. En la mañana me levanto con la leve sensación de haber soñado con las estúpidas ovejas que metió en mi cabeza para conciliar el sueño, luego compruebo que fue así al darme cuenta que es mi persona favorita en forma de despertador mental. Le deseo un buen día mientras lentamente saco mis pies calientes de la cama para apoyarlos en la madera fría que anuncia que aún es de madrugada. Y en algún momento, la fuerza de mi pensamiento empata con la señal del primer mensaje, desatando la cadena encantadoramente interminable de buenos deseos, risas, burlas y clases de ortografía que acompañan el día. Logro recordar por previos inventarios y eventos en el calendario que es su aniversario, que tiene parcial o que termina clases a las 6pm y entonces me doy cuenta que además de atrevido, se cree instructor para ejercicios de memoria, y lo logra! La importancia del vivir se vuelve compartida, su alma se duplica y se sintetiza con el aire que me acompaña, se postra en la silla que queda vacía a mi lado izquierdo en el salón de clase, se escabulle entre el café que me tomo en reunión y finalmente, la muy descarada se esconde debajo de la almohada para repetir la cadena al día siguiente. Es una alma intrépida y sagaz, ya me acostumbre a su presencia y he aprendido a vivir con ella. Me he descubierto en algunos momentos extrañando la leve sonrisa que traigo dibujada desde hace unas semanas, y entonces como si leyera la mente, la muy descarada le pone play al último recuerdo y trae de vuelta la mueca que llevaba por sonrisa. Le doy las gracias, a la larga cada minuto que me regala, cada letra, cada palabra, cada segundo que ocupamos un espacio en el mundo virtual, me recarga, me reencuentra, me salva. Amo su compañía en alma. Felices 24

"Inacabablemente encantador" - le dije

Es una pena que sea la rabia la que me motive a escribir en una noche tan hermosa como esta. Es lo que pasa cuando le meto quinta sin pasar por cuarta ni tercera… Es lo que pasa cuando acelero muy rápido y a fondo… se me apaga el carro! Y vaya que está apagado, tengo rabia porque no me quiero completa, porque trato y trato de aceptarme y de repente no la logro. He encontrado personas y amigos muy especiales que me quieren como soy, que me agradecen por lo que soy, con cada una de mis características, que hacen mofas respecto a mi necesidad de control y que me abrazan por mi erotismo. ¿qué si soy de controversias? ¡vaya!... las amo, soy fiel precursora de ellas, no soy de las del montón, no soy de las que se sienta con la pierna cruzada y la blusa poco escotada, no soy de las que sonríe tímidamente y se sonroja cuando le tocan una teta.. no! No soy de esas, no me sale natural hacerme la virgen, no se me da fácil callarme en la cama. Se me da mejor y muy seguido burlarme de posiciones sexuales, malinterpretar frases y coquetear sin mesura, se me da más fácil bailar como puta que como santa.. y últimamente se me da más fácil aceptarme que juzgarme… Me confronta cuando alguien se me acerca atraído e intrépido y de golpe se va. Los hombres se asustan con mujeres como yo, les da miedo la infidelidad y el dolor, les da miedo la independencia, les da miedo no dar la talla, vaya que si es absurdo. Yo, en lo personal no puedo evitar vivir sin darle rienda suelta a mis caderas, batir mi pelo y moverme al son del viento, caminar como si tuviese la sangre hirviendo y derretirme en cada contacto visual. Lo chistoso es que a pesar de las desgracias que me cause, lo disfruto, me gozo cada instante. Me duele que piense que el amor es excluyente al sexo, pero nada puedo hacer, me duele que la morbosidad y la pasión sean concebidos más como un defecto que como una fuente de libertad, me duele que confundan el amor propio con un acto banal pero sobre todo, hoy.. me duele quererlo, me duele no ser eso que no soy, me duele que me duela aceptarme. Y en medio de todo la esperanza del saber que el dolor es la base del crecimiento y que después de esta noche, creceré un poco más- Gracias.

El presente.

A mi me importa un carajo en este momento lo que esté pasando en el mundo, saben? Estoy en un proceso de transición y como duele.. hace ya por lo menos unos días que mi cuerpo se encuentra libre del consumo de drogas, alcohol y nicotina. Se siente bien, aunque duela se siente bien… Hace algunas horas que convivo conmigo y nada más que conmigo, el proceso de interactuar con mis pensamientos, sentirlos propios, sentirlos vivos es un regalo de mi poder superior. Hoy tolero lo que soy, hoy pienso con coherencia. Hoy puedo decir que estoy de acuerdo con mi cabeza, con mis acciones y con mi ser. Ha sido duro pero poco a poco he hecho cambios y modificaciones en mi vida que agradeceré en unos años. No sé cuanto me dure el entusiasmo ni la buena voluntad de desear una vida mejor, no sé cuanto tiempo siga deseando mejorar mi vida poco a poco pero sin duda alguna si cada día hago el esfuerzo de acordarme que esto es lo que merezco, duraré más tiempo en el camino de la superación. Me siento feliz, hoy, ahora, en este instante, yo me siento feliz

A ella.

Decidió alejarse del mundo que conocía, decidió soltar su mayor polo a tierra, y no la juzgo, a la larga la impulsé para que lo hiciera, era su mejor opción.. tampoco tenía muchas. Decidió emprender camino a lo que para ella era una vida mejor, no sé si ya lo habrá conseguido o tan solo esté visitando mundos paralelos para ver en cual se siente a gusto, en todo caso, hoy la admiro. No tiene que ser fácil partir, y sobretodo cuando cierto fantasmas aún la persiguen, cada día lucha con una bruja interna que le quiere dañar el rato, recuerdo esas conversaciones, esos momentos en que su risa pura contagiaba un poco mi alma neutra. Recuerdo con amor cuando tres flores compartimos en la forma más pura nuestros temores, nuestros lobos, nuestras liebres y nuestras fortalezas. Creo que al menos se llevará esas lecciones de amor que la vida nos permitió compartir. Sé que sonreirá cada día de su vida, y hoy, solo deseo que cada sonrisa sea sincera, que ojalá cada una tenga el deseo de ser permanente. Hoy quiero que un caminante lleno de amor se la cruce en el camino y le haga solo una promesa, que le prometa un presente, es lo único que necesita. Gracias a Dios su partida ya no duele, ahora es solo una luz de esperanza que me permite entender que en su rastro hacía la puerta no dejó más que risas, enseñanzas, entrega y amor. A la larga todo cicatriza, y hoy me alegra pensar en ella y sentirme feliz, no todo el mundo tiene el privilegio que tuve yo, pude conocer quien es en realidad. <3 y a eso le llamó "ADIÓS"

A mi padre.

El vino tiene su lenguaje particular, bastante sofisticado, servir el vino a la temperatura correcta te permitirá desplegar todo su encanto, es conveniente saber que el vino blanco necesita estar lo suficientemente frío como para que resulte refrescante y el tinto debe servirse a una temperatura ligeramente más alta. Así comenzaba papá a narrar todas sus historias durante cada almuerzo, cada palabra que salía de su boca se escuchaba y retumbaba en mi cabeza, era un monólogo el cual yo escuchaba en cada almuerzo y cada cena, pude haberle acompañado si hubiese querido, ya conozco las palabras exactas que usa de acuerdo a la ocasión, pero siempre estaba tan metida en mis asuntos "super-importantes" que, no me daba cuenta ni cómo ni cuánto duraba el monólogo que surgía cada día frente a la mesa. Ese sujeto que cuando estaba más pequeña me parecía tan fuera del caso, de la situación, que olía las bebidas, que les miraba su color y en dado caso las rechazaba de considerarlo necesario. Ese mismo ser que empezó a tornarse interesante a medida que los años pasaban. Cada año se sumaban más historias y aventuras, así mismo crecía mi interés por saberlas todas, resultó ser tan divertido que pasó a convertirse motivo de inspiración para saber lo que quería de mi vida. Recuerdo el único día que le dije que me contará como era cuando estudiaba, la única vez que lo hizo, la única vez que yo escuchaba con atención, esa vez que cada cosa descrita se dibujaba en mi mente.. ¿Cómo era posible que tanto años de mi existencia me la haya pasado conviviendo con este sujeto sin saber una mínima cosa de él? ?De cuántas más historias divertidas me habré perdido? ¿Cuánto tiempo le quedará a ese padre y abuelo de cinco para contarme las historias que faltan? ¿Cuántas veces más me darán ganas de seguir escuchando? De hijo se es muy desagradecido, pero eso solo se entiende cuando se es padre, el ciclo de la vida. Era 1960, una época importante tanto en el oriente como en Europa y Latinoámerica, toda una década de cambios, de importantes hechos históricos. la construcción del muro de Berlín, el surgimiento de la cultura hippie, el primer hombre llega a la luna, Francia y Alemania se reconcilian, Chile sufre un golpe de estado por parte de EEUU etc... En Colombia, ne la ciudad de Bucaramanga un joven de 22 años cursa quinto cuatrimestre de ingenieria Química en la universidad Industrial de Santander. El destino le ha puesto una encrucijada al encontrarse con un profesor de nacionalidad Española quien le comenta del gran futuro que tendría en este país. Las dudas, la confusión, la excitación, el placer de lo desconocido y el miedo de conocer, la ansiedad de no saber que hacer y el estrés que provoca ver que el tiempo pasa y la hora de tomar una decisión se avecina definitivamente, provocan un serie de pensamientos y comportamientos raros en una persona que no está acostumbrada a cambiar su vida en un giro de 180º de un día para el otro. Era Junio cuando se enteró de la posibilidad de terminar sus estudios en España, sabiendo que las clases comenzaban en septiembre y no eran semestrales, como lo eran en Colombia, sino anuales, sabía que de tomar al decisión de irse tendría que hacerlo lo más pronto posible. Tras leer papel por papael de los reglamentos que existían en Colombia para dejar el país y convalidar las materias cursadas en Europa, tras firmar documentos con la universidad, conocer que el estudio era fácil de conseguir, la vivienda no era muy cara y tenía un gran futuro por delante, sin mencionar que a sus 22 años se independizaría y viviría solo por su cuenta en un país nada más y nada menos que "del otro lado del charco" como lo es España. El joven tomó su decisión, se iría a buscar fortuna en otro país, uno lejos, uno que le permitiese triunfar y llenar de orgullo a esa gran familia que había estado junto a el estos años, esa familia que hace un año perdía a uno de sus miembro más importantes, mi abuelo, el padre de mi padre. Con los papeles en la mano y la decisión más que precisa en la cabeza, tomó un gran suspiro y dio la noticia a la familia que entre acongojas, llantos, incertidumbre, miradas perdidas y un poco de felicidad lo felicitaba por la valentía que se requería para despegar con alas nuevas y posiblemente sin pies para aterrizar. Dicho esto, Ofelia, su madre le indicó que no habría apoyo económico por su parte, pues la situación no era la más óptima para una familia de nueve hijos. Pero de corazón lo apoyaba y se encontraba muy alegra por que su hijo partiese buscando un mejor futuro, pero como toda madre, con la preocupación embriagada en un sentimiento de temor, dolor, angustia, desespero y ansiedad. Sabiendo que eso aumentaba al ser conscientes que la comunicación no iba a ser fácil. Al joven, Gilberto, no le incomodo en lo más mínimo la noticia de que no recibría aporte económico, pues estaba preparado para oír aquellas palabras desde el momento en el que tomó la decisión. Cabeza en alto, sonrisa en la cara y como un niño pequeño que hace compras para sus cumpleaños en un centro comercial, Gilberto se tomaba el mundo con alegría, lo recorrería en cada uno de sus rincones para encontrar ese regalo, ese juguete, ese dulce que venía buscando y que ciertamente encontraría. En el mes de septiembre, se encontraba en Cartagena esperando embarcar para perseguir un sueño, para alcanzar las metas propuestas como el mejor. El sol le iluminaba la mitad del cuerpo, la parte izquierda porque estaba atardeciendo, en su mirada se notaba tristeza y felicidad al mismo tiempo, el viento le pasaba por entre el cabello, y cual película el barco partía y toda la gente que en el había. Gilberto parecía ser el único ser que lo habitase con tantas ganas, con tanto objetivos, con tantas metas y emociones encontradas. Los primeros cinco días fueron llevaderos, pero se empezaba a sentir el cansancio, la ansiedad cobraba vida, al igual que el mareo. El viaje en total duró 20 días, en los que conoció un par de compañeros, lloró de risa y de tristeza, de melancolía, días en los que sentir el vacío era inevitable, y días en los que tuvo que ver como un barco con la misma ruta y tres días de ventaja se hundía lentamente en el mar, días en que los sobrevivientes de ese barco subieron al suyo, y por ende, días en que le miedo se apoderaba de él de la cabeza a los pies. Pero este viaje no solo trajo tristezas, dolor y confusión, también trajo consigo muy buenos momentos, comidas, situaciones, coincidencias y personas. En una de sus salidas a caminar por el barco, a dimensionar el espacio-tiempo donde se encontraba, apreciar con el más sincero de sus sentimientos el amanecer, el paso del sol de un lado a otro en ese cielo tan inmenso, tan infinito para muchos, tan alcanzable para otros se encontró otro joven, de estatura baja, carismático y con al parece muchas metas para su vida. Habrán charlado un par de horas para conocerse, para saber uno del otro las preguntas que siempre se hacen al entablar conversación por primera vez con alguien que después se convertirá en un amigo. Resultó ser que los dos irían a la misma ciudad, Barcelona, allí cada uno decidiría que ruta tomar para llegar a la meta que se había planteado meses atrás. El barco arribó a Barcelona a mitad de octubre, no hacía mucho calor, pero tampoco era un clima frío. En la ciudad se respiraba un aire a grandeza, un aire que solo una ciudad como esa al otro lado de todo lo conocido podría tener, aire a una nueva vida, al primer escalón de esa escalera que lo llevaría al éxito. Una ciudad de primer mundo, y él en ella. Un hombre joven con un par de maletas en su mano y un puñal de ilusiones, un hombre de tercer mundo dispuesto a convertirse en uno de primero. No pasaron más de 24 horas, para que él averiguara todo lo que quería hacer y cual era el lugar más conveniente para ello. Descubrío que había una nueva carrera que aún no existía en Colombia, llamada ingenieria textil, le sugirieron que le mejor sitio para estudiarla era en Tarraza, una ciudad a unos 40 minutos en tren, desde Barcelona. Tampoco pasaron más de 24 horas para que aquel joven tomara la decisión de estudiar allí. Puesto un pie en esta ciudad de aproximadamente cien mil habitantes y un estilo pintoresco, llegó a la universidad por indicaciones de la gente que pasaba por la calle, la universidad a la cual se dirigía era muy conocida, por lo que no le fue dificil encontrarla. Se dirigió al centro de información para estudiantes extranjeros, donde lo aceptaron y dijeron que era estrictamente necesario que comenzase lo antes posible, ya que las clases habían empezado un mes atrás y debía adelantarse. Para suerte de su persona, las materias cursadas en Colombia le eran válidas, lo cual le permitía adelantar un par de semestres. Era difícil encontrar personas Colombianas en este lugar para aquella época, sin embargo Gilberto se cruzó a unos cuantos, entre ellos uno que le brindó la información del icetex, un instituto dedicado a préstamos para estudiantes en la situación en la que el se encontraba. Esto le favoreció mucho, pues al no tener lo necesario para pagarse la carrera, le convenía sacar un préstamo que pagaría en un futuro no muy lejano. No tardo mucho para que el y sus compañeros se dieran cuenta de su increíble habilidad para el dibujo técnico y para las planchas que tomaban algo de tiempo y esfuerzo para muchos, las cuales debían ser presentadas a lo largo de toda la carrera. Al notar esta habilidad y la manera en como a sus compañeros les costaba hacerlas, s le ocurrió ofrecer ayuda a cambio de dinero para pagar la renta de la casa donde se hospedaba. Cada monto de dinero era útil y de monto en monto logró reunir una muy buena cantidad. En el año 1962 tenía lo suficiente para poder darse un premio por todo su esfuerzo, haber sobrevivido a tantos meses alejado de su familia, teniendo en cuenta que las comunicaciones entonces no eran tan avanzadas como actualmente, pues una carta tardaba dos meses en llegar, las llamadas telefónicas a larga distancia eran muy difícil de conseguir y costosas. En Andorra, un principado entre Francia y España, Gilberto compró un auto de segunda, en un precio acequible, el cual fue testigo de muchas aventuras que Gilberto, viviría después. En el último año de la carrera una empresa muy conocida e importante en Francia, envío una solicitud a España, donde buscaban dos ingenieros textiles. La universidad envió a cinco para que entre ellos eligiesen los mejores. De esos cinco dos pasaron a la siguiente etapa, entre ellos, Gilberto. Él y su compañero trabajaron un par de días con la empresa, de manera que se evidenciaría quién se adaptaría mejor a la manera en como se manejaba aquel negocio. Lastimosamente o afortunadamente, Gilberto no fue seleccionada por lo que volvió a España a terminar la carrera. En una de las clases de laboratorio del último año ante los ojos de este hombre maduro, quién había adquirido en los últimos años éxito, sabiduría, grandeza, coraje y experiencia, unas piernas largas y bronceadas caminaban frente a el, unos ojos azules, de mirada penetrante. Luisa, una chica que hacía pasantías, quien de casualidad se encontraba allí. Había flechados su corazón. No le costó mucho tiempo ni esfuerzo a Gilberto, acercarse para invitarla a una fiesta que se realizaría en los próximos días, fiesta en la que claramente, esta chica asistió y en donde surgió ese beso, que no se sabía si sería el último o el principio de muchos otros que vendrían más adelante. Un par de semanas después Gilberto se recibió de ingeniero textil con honores y reconocimiento, con orgullo y lágrimas de felicidad. Mil pensamientos rondaban e invadían su cabeza en ese momento, lo había logrado, finalmente había terminado la carrera, y no solo eso, sino que había sido el primero en cruzar la meta final, el mejor. En Colombia, Gilberto fue un gran ingeniero textil, uno de los mejores del país, rápidamente la empresa creció mucho y el a su tiempo se retiró, para formar su propia empresa. Se independizó en la ciudad de Bogotá donde formó su primera fábrica, la cual tuvo un crecimiento rápido y exitoso. Y EN ESE MOMENTO ES CUANDO YO, MARGARITA MARÍA HUERTAS, ME PREGUNTO ¿POR QUÉ APAREZCO? Pues bien, Luisa no es mi madre, no está ni cerca... mi madre es 20 años menor que ella, es Colombiana y conoció a mi papá como su primer jefe, y por supuesto el último, ya sabrán porqué. ¿y yo? Bien, yo hago lo mejor que puedo para seguir sus pasos y triunfar como el lo hizó.. COMO EL ¡MEJOR!

Fuiste todo, pero fuiste.

No eres un hijo de puta, no, no lo eres. Tampoco eres lo peor que se haya cruzado en mi vida. No creo que seas una persona maquiavélica que pasa horas pensando como herirme, no. No fuiste el mejor hombre, novio, ni compañero que tuve, pero sin duda tampoco fuiste un tormento. No debería odiarte y creo no hacerlo, no debería llorarte y afortunadamente no lo hago pero lastimosamente aunque no debiera si me arrepiento. Me arrepiento de haber creído que eras ese sol de mis mañanas, me arrepiento de haberte entregado lo más hermoso de mi alma, me arrepiento hoy de creer con vehemencia que tu "jamás harías eso"... jamás. Hoy te doy gracias porque me enseñaste que los "jamás" no existen y mucho menos los "para siempre". Porque me enseñaste que si me suelto de una rama sin agarrar otra me caigo, yo me caí y vaya si dolió. Pero afortunadamente sembré tantas flores que en el momento del impacto amortiguaron mi caída y me acompañan mientras agarro otra rama. Tu sigues ahí arriba y tu rama parece estar firme, espero de corazón que de verdad lo esté, porque ésta sensación duele, día a día quema los huesos e intenta meterse en cada órganos de tu cuerpo. Hoy es el día, hoy decido dejarte ir del todo, hoy yo soy quién te saca de mi vida. Me di cuenta que aunque fuiste tu quien me sacó, seguiste haciendo daño, ¡claro! porque yo seguía teniendo tu recuerdo como prisionero, pero ya no más. Hoy te suelto y le dejo tu felicidad al Dios bondadoso que me la concederá a mí. "Que seas muy feliz, mucho muy feliz pa' que no regreses." Felices, muy felices 24.

Diario de una ex-novia Tomo II

Llegó a preguntadera, ¿Qué estará haciendo? ¿Por qué no me ha buscado? ¿Por qué se fue? ... no sé si es mi ego hablando o mi inminente equivocación al creer que no lo amaba cuando si lo hacía. ¿Qué es? ¿Qué me pasa? .. ¿Fué amor? Hoy lo imagino en las calles. De una forma muy extraña en poco tiempo lo invité a todo mi mundo, y como era de esperarse cada paso que doy me recuerda a su presencia. La primera cita, las primeras risas, el nerviosismo de la pasión. Porque carajo cuando no se tiene es cuando más ganas da... Hoy sé y soy consciente que la única cura para esto es el tiempo, escribiré cada vez que la ansiedad me domine, escribiré cada vez que su rostro me invada. Es la primera noche en mi cama, sin un rastro de él, más que su saco, el cual llevo puesto para tratar de sentirlo cerca. Pero su aroma se ha ido, no puedo dejar de pensar en que quiero decirle Buenos Días, en que no quiero que nadie más lo bese, lo toque, lo acaricie. Lamento tanto este dolor, lamento tanto no haberlo evitado. Lamento incluso que lo lamente, deseo con ansias tener alegría, cariño, felicidad de que se haya cruzado en mi camino, pero solo encuentro tristeza de que se haya marchado sin una explicación, tan de la nada. Tengo rabía de creer su última promesa, de tener esa ilusión, tengo rabia de haberle creído que todo cambiaría y que hoy esté sola. Carajo, si ese sujeto supiera lo que pasa por mi cabeza en este momento, si pudiera telepáticamente decirle -Te mentí, si te amaba. Pero con llanto ni arrepentimiento se logran las cosas. Hoy entiendo que si no está en camino es porque ya no lo necesito, y duele... ¡Como duele! Repetir esa canción una y otra y otra y otra vez. ¿Saben? me encantaría saber que no soy la única en estas, que le cuesta olvidarme, que le cuesta dejarme atrás, que hoy se pregunta ¿qué faltó? pero eso no lo sabré hoy ni mañana, quizás nunca. Hoy le creo que me amó, que lo intentó y aunque con rabia hoy aceptó que se quiso ir y que tiene todo el derecho. Solo por hoy seguiré mi camino y aunque me cueste, cada vez que lo recuerde enviaré para el lo mejor. Felices 24

444 Palabras de desamor.

Y hoy le dedico mi escritura, le dedico el tiempo que me tome escribir lo que siento, para una vez finalizado este proceso de honestidad llegue a mi la tranquilidad. No es santo de mi devoción y tampoco la mejor persona que haya conocido, pero sin duda alguna es una, que ha marcado mi vida, que ha dejado una huella en mi cabeza y en mi corazón que con suerte lograré sanar para recordarlo con alegría, agradecimiento y cariño. Aún no sé si lo espanté o se marchó porque quisó, aún no sé si me amo o fui solo un capricho, pero fui sincera, me queda el consuelo de haberle entregado mis momentos mas honesto. Le entregue mi sonrisa, mis lágrimas, mi desespero, mi locura, mi entrepierna, mi sudor y mi esperanza. Le entregué el capitulo hasta ahora, más importante de mi vida; mi limpieza. Le agradezco infinitamente que me haya recibido como una persona en proceso de cambio, que me haya elegido para acompañarlo por unos meses. Es una lástima y lamento mucho no haber podido llenar su corazón, no haber podido ser su felicidad completa, su polo a tierra, su “para siempre”, entre tantas cosas lamento no haberle sido suficiente. A la larga, supongo que tampoco lo fue para mí, le agradezco sus ganas de intentarlo hasta que pudo. Reprocharé una y otra vez sus errores seguramente, recordaré las demandas que nunca cumplió, las promesas rotas y las caras largas. Admiraré siempre su capacidad de vivir de ilusiones, su optimismo sin límites y su torpeza. Guardaré en mi alma sus secretos, sus puntos débiles, sus dolores. Mantendré bajo llave la primera vez que lo ví, el primer beso que le dí, su sonrisa destartaladamente encantadora, su particular forma de vestir y su nerviosismo a la hora de abrir la boca con coherencia. Contaré a todo el mundo sus detalles para conmigo, su parkinson en el medio de un parque al dedicarme una canción en vivo. Odiaré su abandono sin razón ni justificación, su terquedad, sus mentiras y engaños. Lloraré cada vez que tome consciencia de que pudimos haberle puesto más ganas de las que tuvimos, cada vez que de pronto lo mire desde lejos con otra chica. Camuflaré mis ganas de correr a verlo de vez en cuando, mis ojos triste que hoy reflejan que se ha ido. Dormiré cada vez que quiera besarlo, que quiera amarlo de nuevo. Y finalmente lo olvidaré, lo olvidaré cuando esté en la ducha cada mañana. Lo olvidaré cuando recuerde que valgo la pena, lo olvidaré cuando respire, cuando baile, cuando camine, cuando canté, cuando lloré de alegría y por supuesto, cuando me case. Felices 24.